Una vuelta por el MMVV
Solapas principales
En lugar de hacer un relato exhaustivo de las diferentes propuestas musicales que formaban parte de la 25 edición del Mercado de Música Viva de Vic, he preferido utilizar mi espacio para reflexionar sobre lo que rodea a este evento, que de alguna manera refleja a la perfección los problemas que nos rodean en nuestra vida diaria. De entrada, la crisis también ha afectado a este evento, se ha reducido el número de días, de actuaciones, de escenarios...
En el estreno del Mercado, debutaban a " bombo y platillo " un trío de lujo: Joan Miquel Oliver, Jaume Sisa y Quimi Portet. A punto de comenzar los parlamentos inaugurales ya me llamó la atención el hecho de que el primer director del Mercado, Víctor Jou, no estuviera y hubiera justificado su ausencia en una carta escrita de manera "excusatoria" . No deja de ser curioso, que de todos los gestores musicales que ha habido en este país, uno de los pocos que no ha disfrutado de ayudas públicas, hubiera declinado su presencia física. Con esto que digo no quiero poner en ningún compromiso a Víctor Jou. No he hablado con él sobre este tema y posiblemente tenía un motivo de peso, aunque conociéndolo me cuesta creerlo. Víctor Jou es de esa clase de gestores que saben un rato, acostumbrado a trabajar con recursos propios. De hecho, todo lo que hizo en su día, junto a otros como Rafael Moll , lo hizo vendiendo cervezas, lo que sacaba de las consumiciones en la barra del Zeleste . Me gustaría ver qué sería capaz de hacer Víctor Jou, un hombre honesto, con algunas de las ayudas que ha recibido el sector . Tengo la sensación de que a grandes profesionales como Víctor, se les ha dejado de lado en lugar de aprovechar sus conocimientos y recursos para crear proyectos sólidos. En fin, todo esto daría para escribir una tesis o un libro. Volviendo al hilo, sólo quería comentar que siempre que te encuentras en actos de este tipo duele que individuos que han tenido mucho que ver con el desarrollo de los acontecimientos en cuestión caigan del cartel.
En general, cada año que pasa el Mercado va siendo un reflejo de la incomunicación global en la que estamos inmersos. De unos años para acá he ido observando cómo se iba volviendo en algo más recluído, cerrado, en lugar de buscar lo que realmente es un mercado, una historia abierta a todos, a la ciudadanía, donde se puede coger, elegir y ver . De acuerdo que se ha especializado en un mercado entre profesionales, donde se dan cita todos los técnicos del sector para crear sinergias, cerrar contratos... No obstante, a pesar de las cifras y todo, esta faceta no ha acabado de funcionar del todo. Y sino sólo hay que ver que cada vez hay menos stands, o bien hablar con muchos de los profesionales. Y aunque el Mercado esté más dirigido hacia los profesionales es muy importante el papel de los espectadores, los curiosos. En el mercado, antes de comprar los tomates miramos las paradas y compramos en función del gusto, el precio, la vista... En este aspecto, el hecho de haber cerrado tanto el Mercado ha hecho que mucha gente no se acerque o no se lo sienta suyo. Si queremos que la música y las propuestas musicales abran y lleguen a toda clase de público y que algún día ese público pueda ir a algún espectáculo les tenemos que enseñar, integrarlos en el entorno, hacerlos visibles . Debemos acercar la cultura musical. Al fin y al cabo, el verdadero programador es el público que decide en qué espectáculo invierte su dinero. Observándolo podremos aprender mucho. En este aspecto , pienso que el hecho de cerrar prácticamente todas las propuestas buenas en el teatro de la Atlántida y en las carpas que montaron al lado crea mucho más el concepto de getho, de lejanía, aparte de contribuir a un gasto innecesario en el montaje y mantenimiento de carpas. Precisamente si algo tiene Vic y la hace un ciudad atractiva para este tipo de Mercado es los diferentes espacios, la mayor parte de ellos con una acústica envidiable. Me refiero a las ermitas e iglesias que hay por toda la ciudad y que podrían ser espacios diferentes, originales, baratos y carismáticos para programar muchos de los conciertos que se hacen. Esto también ayudaría a integrar la ciudad y la música, la gente que vive, que va, que pasea... Aparte de que debe haber mucha más música en la calle y se deben recuperar más espacios al aire libre. Que vuelvan los músicos en cada esquina, como se veía hace unos años, que se recuperen plazas, como la plaza de los Mártires.
En fin, tampoco quiero ser ahora quien se cargue todo los esfuerzos que se han hecho para mantener el Mercado, al contrario, se han cocinado y se cocinan cosas buenas y le deseo larga vida.